CUANDO TÚ CAMBIAS....
EL MUNDO CAMBIA ANTE TU MIRADA

PROCESO CMR

· . ¿Quieres un cambio en tu vida y no sabes por dónde empezar?

- ¿Te pasa que a pesar de haber hecho terapias, cursos, etc., te sientes estancado?

-¿Sientes que las situaciones te superan?

- ¿Te sientes cansado, estresado, sobrecargado, y no sabes cómo gestionar tus emociones?

- ¿Estás cansado de no poder ser tú mismo, de no saber poner límites?

- ¿Sientes que no te entienden, que no te valoran? Tus relaciones son conflictivas?

- ¿Tus miedos te limitan/paralizan a la hora de concretar tus proyectos?

Puedo ayudarte


TE ACOMPAÑO A LIBERAR TUS LIMITACIONES MEDIANTE HERRAMIENTAS SENCILLAS Y EFECTIVAS, PARA QUE PUEDAS VIVIR PLENAMENTE


lunes, 24 de octubre de 2022

PBR - Liberación del cuerpo del dolor.

 

El cuerpo de dolor esta conformado por carga emocional negativa: muchos patrones de comportamiento diarios, provienen de la información decodificada y almacenada en las células, algunos de ellos, son información de alguna experiencia traumática y colaboran a la disfunción del organismo, ya que su carga vital, queda atrapada en el “cuerpo de dolor” y es la responsable del cansancio, enfermedades, maneras de funcionar disfuncionales, creencias negativas, perdida de autenticidad y libertad interior… que produce una incomodidad interior que, a veces, cuando es muy pesada la carga, hace que la persona sienta imposible soportarse a si misma-

La vergüenza, la culpa y el miedo, son las emociones que mas contraen y mas daño nos hacen, perdiendo fuerza vital y haciéndonos sentir como que no somos lo suficientemente buenos.

Cuando el cuerpo del dolor ya ha tomado el control del sistema cuerpo-mente, se producen todo tipo de desequilibrios y disturbios físicos o psicológicos, tales como: fatiga, cansancio, enfermedades y dolores diversos, adicciones y compulsiones, confusión, miedo, ansiedad, irritabilidad y enojo, depresión, problemas de aprendizaje, alienación, falta de decisión –o el hábito de postergar–, falta de un propósito en la vida o, simplemente, la sensación de estar aburrido y abrumado.

Todo esto produce un vacío interior y la sensación de estar separado y de autocritica, que al no ser consciente es lo que nos lleva a querer llenarnos de… buscar afuera cosas para sentirnos completos, sustancias comida, dulces, alcohol, tabaco, drogas); posesiones, dinero, éxito personal, poder, sexo, reconocimiento, o con una relación íntima idealizada.


El cuerpo de dolor:

Las células de nuestro cuerpo que guardan el dolor o trauma –físico o emocional– del pasado funcionan bajo un patrón de supervivencia que solo es real para la persona que cree en él.

Cuando hay un trauma irresuelto, éste causa estancamiento en algún lugar del campo energético e impide el flujo natural de la energía, esto a menudo se manifiesta en el órgano, la articulación o el músculo asociado con el trauma.

Esta energía estancada, divide al campo electromagnético en compartimentos estancos, separados unos de otros, sin posible comunicación, esto nos afecta mas de lo que pensamos pues, nos quedamos estancados en el trauma (ya sea físico, mental o emocional) nos da la sensación de que la vida es insoportable y no aceptamos lo que está pasando en el presente, al dolor le agregamos un sufrimiento psicológico por lo que nos decimos acerca de lo ocurrido, una y otra vez (diálogo interno)…postergando la verdadera solución al problema, por miedo a entrar de lleno en el dolor, a veces también negamos lo ocurrido, convenciéndonos que “no pasa nada”, pero la carga sigue en el sistema y nos afecta en otras áreas de la vida, pudiendo llegar a una disfunción importante en el cuerpo/mente. Esto hace que la carga emocional positiva disminuya considerablemente..

El cuerpo del dolor es todo lo que en nosotros se siente incómodo o doloroso física, mental o emocionalmente.

Si un estímulo pequeño (un comentario, una mirada, una memoria del pasado) provoca en nosotros una reacción exagerada, es señal de que el cuerpo del dolor se ha activado. Algo «pulsa tus teclas» y te conduce a un lugar de pánico, rabia o profunda e inexplicable tristeza.

La buena noticia, es que hay técnicas que nos permiten liberar la fuerza vital estancada, y al hacerlo, la energía positiva se favorece el crecimiento y la autocuración.

La transformación de las contracciones energéticas que llamamos «dolor» requiere atención y presencia (o sea observar sin juicios, sin razonamientos, sin resistencias…). Cuando prestamos atención a aquello que sentimos incómodo o doloroso, podemos volvernos más conscientes de las sensaciones y los sentimientos, así como de los patrones de pensamiento y las creencias que lo alimentan. Entonces podremos empezar a desbaratarlo. La transformación de esas contracciones puede producirse en un solo instante ( aunque crear el cuerpo de dolor nos haya llevado toda una vida)..

Se suele vivir en un estado de ensueño, escapando del ahora, cuando experimentamos dolor físico o emocional y dirigimos nuestra atención hacia la zona de nuestro cuerpo que se activa, volvemos a conectar con el momento presente. El dolor nos ayuda a volver a la vida, que ocurre, siempre, ahora, en este preciso instante.

El dolor físico, la tristeza, el enojo, el temor, son oportunidades de sanarnos y poder acceder a nuestro potencial verdadero, dándonos la posibilidad de despertar a un profundo sentido de ser interno.

Para transformar el dolor necesitamos sentir en el momento, la incomodidad presente en nosotros, para ello hemos de sumergirnos en ella, en lugar de luchar para alejarla. Meternos en el centro de la incomodidad con toda nuestra presencia y toda nuestra atención, sin analizar o interpretar de dónde viene, por qué viene o cuál es la razón de su existencia. Esa es esencia de la técnica PBR-Liberación del cuerpo del dolor.

Liberación de la Memoria Celular


Te acompaño en el proceso.



Juana Ma. Martínez Camacho

Terapeuta Transpersonal
Acompañante en Bioneuroemoción
Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular)
(Cellular Memory Release)
Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
Psiconeuroendocrinoinmunología
Yoga Terapéutico
Terapias naturales

www.centroelim.org        Telf. 653-936-074

 

domingo, 23 de octubre de 2022

Trabajo interior: ¿Cómo hacer el cambio interno? (M. Brown)


En el mundo en que vivimos actualmente, si no estamos satisfechos con la calidad de nuestra experiencia, lo más probable es que intentemos hacer cambios en nuestra vida operando sobre las circunstancias físicas externas. Esto se debe a que el aspecto físico externo de nuestra experiencia es el más tangible y el de más fácil acceso. 

Sin embargo, aunque podamos hacer un cambio relativamente rápido en nuestras circunstancias físicas, estos cambios no perduran, debido a que los aspectos físicos de nuestras circunstancias son siempre efectos, y no causas.

 Por otra parte, el cambio es una constante en la naturaleza de nuestra experiencia física, de manera que cualquier cosa que cambiemos físicamente volverá a cambiar de nuevo, inevitablemente, con el transcurso del tiempo. 

Podemos utilizar la fuerza para cambiar algo rápidamente en nuestro mundo físico, pero esto significa que tendremos que invertir una gran cantidad de energía para mantener el cambio en esas condiciones. Por tanto, para hacer cambios físicos y mantenerlos, con la intención de alterar la calidad de nuestra experiencia vital, vamos a tener que controlar y sedar nuestras circunstancias. Tales cambios requieren de la aplicación constante de energía para que el cambio se mantenga. Y ésta es una tarea imposible.

También podemos intentar cambiar la calidad de nuestra experiencia vital mentalmente, cambiando nuestros pensamientos acerca de las cosas. Los cursos de pensamiento positivo aspiran a lograr este objetivo. 
El cambiar el enfoque mental acerca de algo llevará con el tiempo a un ajuste en la calidad de la experiencia vital que estamos teniendo. Sin embargo, nos llevará más tiempo ver los efectos que los cambios mentales producen en el mundo físico que lo que precisaríamos desde un enfoque puramente físico. 
Los cambios dirigidos desde la mente perduran algo más, siempre y cuando no cambiemos de nuevo nuestros pensamientos. Pero nuestra capacidad para cambiar la calidad de nuestra experiencia vital a través de cambios mentales tiene un alcance y una duración ciertamente inconsistentes, porque este enfoque tiene que defender sus logros constantemente ante la naturaleza y los contenidos de nuestros procesos de pensamiento inconscientes.

En realidad, sólo sabemos lo que pasa con nuestros procesos de pensamiento inconscientes cuando observamos las circunstancias que manifestamos en nuestro campo de experiencia que resultan contradictorias con nuestros intentos de «pensar en positivo». 
El mero hecho de que cambiemos conscientemente nuestra manera de pensar acerca de las circunstancias no significa que vayamos automáticamente a sentirlas de otra manera. Por tanto, aun cuando un cambio consciente de nuestros pensamientos consiga eventualmente los ajustes necesarios en nuestras circunstancias físicas, hasta el punto de que realmente lleguemos a sentir de un modo diferente, por mucho control mental que apliquemos no vamos a poder alcanzar una sensación auténtica de paz.


Los sentimientos inconscientes, y los procesos de pensamiento inconscientes que aquéllos alimentan, seguirán alterando nuestra paz mental.

Una experiencia de paz no es simplemente el resultado de un pensamiento positivo, a menos que vaya subrayado por un sentimiento. Los procesos de sentimiento y de pensamiento deben armonizarse estrechamente para que podamos alcanzar el estado del ser que pretendemos. 
Así pues, al igual que en los intentos por hacer cambios puramente físicos, la realización de cambios puramente mentales para ajustar la calidad de nuestras experiencias no deja de ser otra cosa que jugar con los efectos, y sigue sin dirigirse a las causas.

Afortunadamente, también disponemos de la opción de ir directamente a las raíces de nuestro malestar y de hacer ajustes causales, siempre y cuando realicemos cambios en el estado de nuestro cuerpo emocional. 
Éste es el enfoque más complicado, pero es el único verdaderamente efectivo y gratificante. Aunque es complicado hacer cambios en el estado de nuestro cuerpo emocional, tenemos que acercarnos a él de forma suave y regular; y, para ello, vamos a necesitar grandes dosis de compromiso y perseverancia.

Es como talar un enorme árbol. Tenemos que ir dando golpes con el hacha, uno tras otro, y habrá veces que el trabajo se nos antojará interminable. Puede dar la impresión de que no estamos consiguiendo nada. Pero luego, sin advertencia previa, oímos un crujido y, pocos segundos después, el árbol cae. Y, una vez está cayendo, ya no hay nada que lo detenga. Una vez está en el suelo, no lo podemos volver a poner en pie.

El ajuste del estado de nuestro cuerpo emocional funciona igual. Trabajamos con él de forma regular y, en ocasiones, da la impresión de que tanto trabajo no nos lleva a ninguna parte. Pero, de pronto, hay un cambio repentino y, cuando esto ocurre, ya no hay nada que lo detenga. 
Cuando este cambio interior ha tenido lugar, es literalmente imposible devolver el cuerpo emocional a su estado previo. Debido a la tendencia que tiene el cuerpo emocional a realizar cambios súbitos, la experiencia de cambio es potencialmente traumática, si no se realiza de forma consciente, suave y responsable. De ahí que no se recomiende zambullirse directamente en el cuerpo emocional para activar los cambios. Aquí, las palabras clave son suavidad., paciencia responsabilidad.

Los cambios en el cuerpo emocional, cuando se abordan responsablemente, se convierten en experiencias maravillosas, dado que llevan a un cambio inmediato en las percepciones; literalmente, vemos el mundo de otra manera a partir del momento en que se produce el cambio. 
Las consecuencias de este ajuste emocional se filtran posteriormente poco a poco, y se manifiestan en la calidad de nuestra experiencia mental y física. Y, cuando se da el cambio, es duradero, y no precisa de esfuerzos para mantenerlo. 
El ajuste del estado de nuestro cuerpo emocional nos abre la puerta a un nuevo mundo de experiencias sin tener que ir a ninguna parte. 
Es un proceso integrador.

Te acompaño en el proceso...


                                    Juana Ma. Martínez Camacho

                                        Terapeuta Transpersonal
                                     Terapeuta   Acompañante en Bioneuroemoción
                                       Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular)
                                      Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
                                     Formación Internacional  en Psiconeuroinmunoendocrinología
              
                               www.centroelim.org               Telf.  653-936-074