CUANDO TÚ CAMBIAS....
EL MUNDO CAMBIA ANTE TU MIRADA

PROCESO CMR

· . ¿Quieres un cambio en tu vida y no sabes por dónde empezar?

- ¿Te pasa que a pesar de haber hecho terapias, cursos, etc., te sientes estancado?

-¿Sientes que las situaciones te superan?

- ¿Te sientes cansado, estresado, sobrecargado, y no sabes cómo gestionar tus emociones?

- ¿Estás cansado de no poder ser tú mismo, de no saber poner límites?

- ¿Sientes que no te entienden, que no te valoran? Tus relaciones son conflictivas?

- ¿Tus miedos te limitan/paralizan a la hora de concretar tus proyectos?

Puedo ayudarte


TE ACOMPAÑO A LIBERAR TUS LIMITACIONES MEDIANTE HERRAMIENTAS SENCILLAS Y EFECTIVAS, PARA QUE PUEDAS VIVIR PLENAMENTE


domingo, 16 de septiembre de 2018

Química del miedo/química del amor (Bruce Lipton)



Somos nuestros propios biólogos: tu cerebro libera los químicos en la sangre, la sangre es el medio de cultivo que alimenta las células, si cambias la composición de tu sangre, cambias el destino de tus células (este fue un experimento que hizo como biólogo hace 40  años). 

Cierra los ojos y mira a alguien que amas, cuando ves a alguien que amas, liberas oxytocina, dopamina (químico de placer y para unir), vasopresina, hormona del crecimiento, si tomo estos químicos del amor y los pongo en un platillo de cultivo, mis células crecen hermosas. 

Pero, si cierras los ojos y ves algo que te asusta, sientes miedo, y ahora el cerebro segrega otros químicos, cortisol, norepinafrina, citosina, histamina, si pongo estos químicos en el plato de cultivo, hacen que mis células paren de crecer, cuando sientes amor, tienes salud y cuando sientes miedo, paras el crecimiento del sistema y ahí es cuando te empiezas a enfermar, la diferencia entre crecimiento y protección y el miedo, es la química.  Esa química viene de la interpretación, de tu percepción, lo que ves es lo que cambia la química, lo que interpretas y te dices de lo que ves.  

Los descubrimientos de B. Lipton (biólogo celular norteamericano- La biología de la creencia), indican que la mente controla las funciones del cuerpo,, y esto implica que nuestro cuerpo puede ser modificado en a medida en que cambiamos  nuestra forma de pensar.  Nuestras creencias interactúan con la afinidad de probabilidades del universo cuántico, y estas afectan las células en nuestro cuerpo, contribuyendo a la expresión de diferentes potenciales genéticos.  

Ese mecanismo funciona así: existen proteínas que están a ambos lados de la membrana celular, las proteínas de la superficie externa de la célula, son receptivas a las fuerzas externas, incluso a los cambios bioquímicos en el cuerpo (producto de los diferentes tipos de pensamientos y emociones). Estos receptores externos afectan, a su vez, las proteínas internas de la célula alterando su estructura molecular.

Los dos tipos de receptores funcionan como  un enrejado que se puede contraer y expandir. El grado de expansión, determina el tamaño y la forma de las moléculas (llamadas proteínas emisoras), que pueden pasar a través de dicho enrejado. El complejo receptor-emisor por sí mismo actúa como un interruptor molecular aceptando las señales del ambiente celular que desenvuelven el ADN (Ácido desoxirribonucleico), desactivando la funda de proteínas que lo cubren. 

B. Lipton descubrió algo revolucionarios  y es que el ADN no es quien controla la biología de las células, sino la funda de las proteínas que lo cubre, además es la responsable del encendido y apagado o apagado de los genes. Esta funda depende más de las señales del medio ambiente, que se dan afuera y adentro de la membrana celular, que de la información genética en sí misma. 

La evolución ha suministrado muchos mecanismos de supervivencia. Estos pueden dividirse en dos grandes categorías funcionales: crecimiento (desarrollo), y protección. 
Estos mecanismos son comportamientos fundamentales necesarios  para la supervivencia de cualquier organismo. 

El crecimiento es de vital importancia, incluso aunque seas un adulto, cada día miles de millones de células de tu cuerpo se deteriora y necesita ser reemplazas. Por ej.   el revestimiento celular del estómago  se renueva cada 72 hs., a fin de mantener esa continua renovación celular, tu cuerpo necesita   consumir una considerable cantidad de energía todos los días. 

Al igual que las células, los seres humanos inhiben inevitablemente su crecimiento cuando cambian a modo de protección. Si estas huyendo de un tigre, no es bueno desperdiciar energía en crecer, sino que guardas esa energía para sobrevivir, para la reacción lucha / huida. La redistribución de las reservas de energía para incrementar la respuesta de protección, tiene como consecuencia ineludible una disminución del crecimiento.

Además de distribuir la energía con el objetivo de sustentar los tejidos y los órganos necesarios  para la respuesta de protección, hay una razón adicional para inhibir el crecimiento: los procesos de crecimiento requieren de un intercambio libre de información entre el organismo y el medio, por ej. se comen alimentos y se excretan productos de deshecho. Sin embargo, la protección requiere del cierre completo del sistema, un muro que aleje al organismo de  la supuesta amenaza. 

La  inhibición del proceso de crecimiento, también resulta debilitante, ya que el crecimiento es un proceso, que no solo consume energía, sino que es necesario para producir energía. Como consecuencia, una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida, cuanto más tiempo se mantenga el modo de protección, mas se reducirá el crecimiento. 

Puedes sobrevivir a la tensión que provoca cualquier amenaza, pero la inhibición crónica del crecimiento compromete en forma grave tu vitalidad. Hay que tener en cuenta que para experimentar a fondo la vitalidad, se necesita algo más que eliminar el estrés de la vida. 
Es una sucesión constante de crecimiento  y de protección, eliminar el estrés solo se colocaría en un punto neutral. 

Para prosperar de verdad, no solo hay que eliminar los agentes estresantes, sino que debemos buscar de modo activo la alegría, el amor y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenan los procesos de crecimiento. 



Más para aprender en         Curso Comunicación Cuerpo-Mente






martes, 4 de septiembre de 2018

El dolor como maestro



Algo de lo más profundo de nosotros puede abrirse paso y brillar a través de las experiencias de dolor. El dolor puede ser nuestro aliado, nuestro guía y maestro y, cuando es experimentado de manera consciente es, paradójicamente, el portal que da a la liberación del sufrimiento.

El dolor que es vivido conscientemente nos conduce a un lugar que sentimos como «de vuelta a casa». La mayor parte de la humanidad vive en un estado de sufrimiento inconsciente, y la  mayor parte de este dolor es artificial. Sabios y maestros espirituales de todos los tiempos han identificado ese estado como «ensueño», «fantasía» o «imaginación». En el hinduismo, por ejemplo, se dio el nombre de «maya» a esa «obra de teatro» creada por la divinidad que es el mundo, sólo una etapa del juego divino.

Pero más allá del nombre que le demos, es un estado del ser desde donde hacemos lo imposible para ser diferentes de lo que somos en realidad.
Así vivimos nuestras vidas, profundamente identificados con lo que no es verdad, como presas de un trance hipnótico. Y lo más interesante es que es posible que permanezcamos en ese estado hasta el final de nuestra vida. De hecho la mayoría de la humanidad así lo hace.

La transformación de las contracciones energéticas que llamamos «dolor» requiere atención y presencia.

Cuando prestamos atención a aquello que sentimos incómodo o doloroso,  podemos volvernos más conscientes de las sensaciones y los sentimientos, así como de los patrones de pensamiento y las creencias que lo alimentan. Entonces podremos empezar a desmadejarlo.
Este proceso es extraordinariamente simple, aunque al principio puede resultarnos dificultoso, en parte por falta de ejercitación y, sobre todo, por toda una vida de entrenamiento en juzgar, resistir y luchar con lo incomodo o doloroso.

La creación  del cuerpo del dolor pudo habernos llevado toda la vida, pero la transformación de esas contracciones puede producirse en un solo instante.
Cuando experimentamos dolor físico o emocional y dirigimos nuestra atención hacia la zona de nuestro cuerpo que se activa, nos «traemos» a nosotros mismos al momento presente. Es así como el dolor nos devuelve a la vida, que ocurre, siempre, ahora, en este preciso instante.



EJERCICIO 

Tómate un momento para apreciar la diferencia entre el estado de ensueño y el estar aquí y ahora. 

Respira profundo. Siente tu cuerpo…

¿Cómo lo sientes?

¿Qué sensaciones experimentas y dónde?

¿En qué lugar de tu cuerpo hay relajación y en qué lugar, tensión? (Si experimentas calma, siente si es calma real o si es adormecimiento.)

Siente tu respiración….

-Ahora, mientras parte de tu atención está puesta en las sensaciones de tu cuerpo –el espacio interno– pasa a reconocer poco a poco el espacio exterior.

-¿Qué está pasando exactamente ahora dentro de tu cuerpo y fuera de él?
Captura estas percepciones, mira por un momento y siente. Respira...

-Éste es el comienzo del estado de presencia.





Liberación de la memoria Celular


Te acompaño!




Juana Ma. Martínez Camacho
                                       Terapeuta Transpersonal
                                (Escuela Española de Desarrollo Transpersonal)
                             Especialista en Bioneuroemoción
                               (Instituto Español de Bioneuroemoción)
                             Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular) 
                               (Cellular Memory Release)                   
                             Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
                               (Transpersonal Anatheóresis Madrid)



                       www.centroelim.org           Telf.  653-936-074