CUANDO TÚ CAMBIAS....
EL MUNDO CAMBIA ANTE TU MIRADA

PROCESO CMR

· . ¿Quieres un cambio en tu vida y no sabes por dónde empezar?

- ¿Te pasa que a pesar de haber hecho terapias, cursos, etc., te sientes estancado?

-¿Sientes que las situaciones te superan?

- ¿Te sientes cansado, estresado, sobrecargado, y no sabes cómo gestionar tus emociones?

- ¿Estás cansado de no poder ser tú mismo, de no saber poner límites?

- ¿Sientes que no te entienden, que no te valoran? Tus relaciones son conflictivas?

- ¿Tus miedos te limitan/paralizan a la hora de concretar tus proyectos?

Puedo ayudarte


TE ACOMPAÑO A LIBERAR TUS LIMITACIONES MEDIANTE HERRAMIENTAS SENCILLAS Y EFECTIVAS, PARA QUE PUEDAS VIVIR PLENAMENTE


domingo, 28 de octubre de 2018

¿Como hacer el cambio interno?


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En el mundo en que vivimos actualmente, si no estamos satisfechos con la calidad de nuestra experiencia, lo más probable es que intentemos hacer cambios en nuestra vida operando sobre las circunstancias físicas externas. Esto se debe a que el aspecto físico externo de nuestra experiencia es el más tangible y el de más fácil acceso.

Sin embargo, aunque podamos hacer un cambio relativamente rápido en nuestras circunstancias físicas, estos cambios no perduran, debido a que los aspectos físicos de nuestras circunstancias son siempre efectos, y no causas.

Por otra parte, el cambio es una constante en la naturaleza de nuestra experiencia física, de manera que cualquier cosa que cambiemos físicamente volverá a cambiar de nuevo, inevitablemente, con el transcurso del tiempo. Podemos utilizar la fuerza para cambiar algo rápidamente en nuestro mundo físico, pero esto significa que tendremos que invertir una gran cantidad de energía para mantener el cambio en esas condiciones.
Por tanto, para hacer cambios físicos y mantenerlos, con la intención de alterar la calidad de nuestra experiencia vital, vamos a tener que controlar y sedar nuestras circunstancias. Tales cambios requieren de la aplicación constante de energía para que el cambio se mantenga. Y ésta es una tarea imposible.

También podemos intentar cambiar la calidad de nuestra experiencia vital mentalmente, cambiando nuestros pensamientos acerca de las cosas. Los cursos de pensamiento positivo aspiran a lograr este objetivo. El cambiar el enfoque mental acerca de algo llevará con el tiempo a un ajuste en la calidad de la experiencia vital que estamos teniendo. Sin embargo, nos llevará más tiempo ver los efectos que los cambios mentales producen en el mundo físico que lo que precisaríamos desde un enfoque puramente físico.

Los cambios dirigidos desde la mente perduran algo más, siempre y cuando no cambiemos de nuevo nuestros pensamientos. Pero nuestra capacidad para cambiar la calidad de nuestra experiencia vital a través de cambios mentales tiene un alcance y una duración ciertamente inconsistentes, porque este enfoque tiene que defender sus logros constantemente ante la naturaleza y los contenidos de nuestros procesos de pensamiento inconscientes.

En realidad, sólo sabemos lo que pasa con nuestros procesos de pensamiento inconscientes, cuando observamos las circunstancias que manifestamos en nuestro campo de experiencia que resultan contradictorias con nuestros intentos de «pensar en positivo».

El mero hecho de que cambiemos conscientemente nuestra manera de pensar acerca de las circunstancias no significa que vayamos automáticamente a sentirlas de otra manera.
Por tanto, aun cuando un cambio consciente de nuestros pensamientos consiga eventualmente los ajustes necesarios en nuestras circunstancias físicas, hasta el punto de que realmente lleguemos a sentir de un modo diferente, por mucho control mental que apliquemos no vamos a poder alcanzar una sensación auténtica de paz.

 Los sentimientos inconscientes, y los procesos de pensamiento inconscientes que aquéllos alimentan, seguirán alterando nuestra paz mental.

Una experiencia de paz no es simplemente el resultado de un pensamiento positivo, a menos que vaya subrayado por un sentimiento.

Los procesos de sentimiento y de pensamiento deben armonizarse estrechamente para que podamos alcanzar el estado del ser que pretendemos. Así pues, al igual que en los intentos por hacer cambios puramente físicos, la realización de cambios puramente mentales para ajustar la calidad de nuestras experiencias no deja de ser otra cosa que jugar con los efectos, y sigue sin dirigirse a las causas.

Afortunadamente, también disponemos de la opción de ir directamente a las raíces de nuestro malestar y de hacer ajustes causales, siempre y cuando realicemos cambios en el estado de nuestro cuerpo emocional.

Éste es el enfoque más complicado, pero es el único verdaderamente efectivo y gratificante. Aunque es complicado hacer cambios en el estado de nuestro cuerpo emocional, tenemos que acercarnos a él de forma suave y regular; y, para ello, vamos a necesitar grandes dosis de compromiso y perseverancia.

Es como talar un enorme árbol. Tenemos que ir dando golpes con el hacha, uno tras otro, y habrá veces que el trabajo se nos antojará interminable. Puede dar la impresión de que no estamos consiguiendo nada. Pero luego, sin advertencia previa, oímos un crujido y, pocos segundos después, el árbol cae. Y, una vez está cayendo, ya no hay nada que lo detenga. Una vez está en el suelo, no lo podemos volver a poner en pie.

El ajuste del estado de nuestro cuerpo emocional funciona igual. Trabajamos con él de forma regular y, en ocasiones, da la impresión de que tanto trabajo no nos lleva a ninguna parte. Pero, de pronto, hay un cambio repentino y, cuando esto ocurre, ya no hay nada que lo detenga. Cuando este cambio interior ha tenido lugar, es literalmente imposible devolver el cuerpo emocional a su estado previo. 
Debido a la tendencia que tiene el cuerpo emocional a realizar cambios súbitos, la experiencia de cambio es potencialmente traumática, si no se realiza de forma consciente, suave y responsable. De ahí que no se recomiende zambullirse directamente en el cuerpo emocional para activar los cambios. Aquí, las palabras clave son suavidad., paciencia responsabilidad. (B. Michael)




Te acompaño..


Consultas Presenciales /  Consultas  por Skype

                        
                         Juana Ma. Martínez Camacho

                              Terapeuta Transpersonal
                                (Escuela Española de Desarrollo Transpersonal)
                             Especialista en Bioneuroemoción
                               (Instituto Español de Bioneuroemoción)
                             Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular) 
                               (Cellular Memory Release)
                             Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)

              
                             www.centroelim.org           Telf.  653-936-074




domingo, 16 de septiembre de 2018

Química del miedo/química del amor (Bruce Lipton)



Somos nuestros propios biólogos: tu cerebro libera los químicos en la sangre, la sangre es el medio de cultivo que alimenta las células, si cambias la composición de tu sangre, cambias el destino de tus células (este fue un experimento que hizo como biólogo hace 40  años). 

Cierra los ojos y mira a alguien que amas, cuando ves a alguien que amas, liberas oxytocina, dopamina (químico de placer y para unir), vasopresina, hormona del crecimiento, si tomo estos químicos del amor y los pongo en un platillo de cultivo, mis células crecen hermosas. 

Pero, si cierras los ojos y ves algo que te asusta, sientes miedo, y ahora el cerebro segrega otros químicos, cortisol, norepinafrina, citosina, histamina, si pongo estos químicos en el plato de cultivo, hacen que mis células paren de crecer, cuando sientes amor, tienes salud y cuando sientes miedo, paras el crecimiento del sistema y ahí es cuando te empiezas a enfermar, la diferencia entre crecimiento y protección y el miedo, es la química.  Esa química viene de la interpretación, de tu percepción, lo que ves es lo que cambia la química, lo que interpretas y te dices de lo que ves.  

Los descubrimientos de B. Lipton (biólogo celular norteamericano- La biología de la creencia), indican que la mente controla las funciones del cuerpo,, y esto implica que nuestro cuerpo puede ser modificado en a medida en que cambiamos  nuestra forma de pensar.  Nuestras creencias interactúan con la afinidad de probabilidades del universo cuántico, y estas afectan las células en nuestro cuerpo, contribuyendo a la expresión de diferentes potenciales genéticos.  

Ese mecanismo funciona así: existen proteínas que están a ambos lados de la membrana celular, las proteínas de la superficie externa de la célula, son receptivas a las fuerzas externas, incluso a los cambios bioquímicos en el cuerpo (producto de los diferentes tipos de pensamientos y emociones). Estos receptores externos afectan, a su vez, las proteínas internas de la célula alterando su estructura molecular.

Los dos tipos de receptores funcionan como  un enrejado que se puede contraer y expandir. El grado de expansión, determina el tamaño y la forma de las moléculas (llamadas proteínas emisoras), que pueden pasar a través de dicho enrejado. El complejo receptor-emisor por sí mismo actúa como un interruptor molecular aceptando las señales del ambiente celular que desenvuelven el ADN (Ácido desoxirribonucleico), desactivando la funda de proteínas que lo cubren. 

B. Lipton descubrió algo revolucionarios  y es que el ADN no es quien controla la biología de las células, sino la funda de las proteínas que lo cubre, además es la responsable del encendido y apagado o apagado de los genes. Esta funda depende más de las señales del medio ambiente, que se dan afuera y adentro de la membrana celular, que de la información genética en sí misma. 

La evolución ha suministrado muchos mecanismos de supervivencia. Estos pueden dividirse en dos grandes categorías funcionales: crecimiento (desarrollo), y protección. 
Estos mecanismos son comportamientos fundamentales necesarios  para la supervivencia de cualquier organismo. 

El crecimiento es de vital importancia, incluso aunque seas un adulto, cada día miles de millones de células de tu cuerpo se deteriora y necesita ser reemplazas. Por ej.   el revestimiento celular del estómago  se renueva cada 72 hs., a fin de mantener esa continua renovación celular, tu cuerpo necesita   consumir una considerable cantidad de energía todos los días. 

Al igual que las células, los seres humanos inhiben inevitablemente su crecimiento cuando cambian a modo de protección. Si estas huyendo de un tigre, no es bueno desperdiciar energía en crecer, sino que guardas esa energía para sobrevivir, para la reacción lucha / huida. La redistribución de las reservas de energía para incrementar la respuesta de protección, tiene como consecuencia ineludible una disminución del crecimiento.

Además de distribuir la energía con el objetivo de sustentar los tejidos y los órganos necesarios  para la respuesta de protección, hay una razón adicional para inhibir el crecimiento: los procesos de crecimiento requieren de un intercambio libre de información entre el organismo y el medio, por ej. se comen alimentos y se excretan productos de deshecho. Sin embargo, la protección requiere del cierre completo del sistema, un muro que aleje al organismo de  la supuesta amenaza. 

La  inhibición del proceso de crecimiento, también resulta debilitante, ya que el crecimiento es un proceso, que no solo consume energía, sino que es necesario para producir energía. Como consecuencia, una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida, cuanto más tiempo se mantenga el modo de protección, mas se reducirá el crecimiento. 

Puedes sobrevivir a la tensión que provoca cualquier amenaza, pero la inhibición crónica del crecimiento compromete en forma grave tu vitalidad. Hay que tener en cuenta que para experimentar a fondo la vitalidad, se necesita algo más que eliminar el estrés de la vida. 
Es una sucesión constante de crecimiento  y de protección, eliminar el estrés solo se colocaría en un punto neutral. 

Para prosperar de verdad, no solo hay que eliminar los agentes estresantes, sino que debemos buscar de modo activo la alegría, el amor y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenan los procesos de crecimiento. 



Más para aprender en         Curso Comunicación Cuerpo-Mente






martes, 4 de septiembre de 2018

El dolor como maestro



Algo de lo más profundo de nosotros puede abrirse paso y brillar a través de las experiencias de dolor. El dolor puede ser nuestro aliado, nuestro guía y maestro y, cuando es experimentado de manera consciente es, paradójicamente, el portal que da a la liberación del sufrimiento.

El dolor que es vivido conscientemente nos conduce a un lugar que sentimos como «de vuelta a casa». La mayor parte de la humanidad vive en un estado de sufrimiento inconsciente, y la  mayor parte de este dolor es artificial. Sabios y maestros espirituales de todos los tiempos han identificado ese estado como «ensueño», «fantasía» o «imaginación». En el hinduismo, por ejemplo, se dio el nombre de «maya» a esa «obra de teatro» creada por la divinidad que es el mundo, sólo una etapa del juego divino.

Pero más allá del nombre que le demos, es un estado del ser desde donde hacemos lo imposible para ser diferentes de lo que somos en realidad.
Así vivimos nuestras vidas, profundamente identificados con lo que no es verdad, como presas de un trance hipnótico. Y lo más interesante es que es posible que permanezcamos en ese estado hasta el final de nuestra vida. De hecho la mayoría de la humanidad así lo hace.

La transformación de las contracciones energéticas que llamamos «dolor» requiere atención y presencia.

Cuando prestamos atención a aquello que sentimos incómodo o doloroso,  podemos volvernos más conscientes de las sensaciones y los sentimientos, así como de los patrones de pensamiento y las creencias que lo alimentan. Entonces podremos empezar a desmadejarlo.
Este proceso es extraordinariamente simple, aunque al principio puede resultarnos dificultoso, en parte por falta de ejercitación y, sobre todo, por toda una vida de entrenamiento en juzgar, resistir y luchar con lo incomodo o doloroso.

La creación  del cuerpo del dolor pudo habernos llevado toda la vida, pero la transformación de esas contracciones puede producirse en un solo instante.
Cuando experimentamos dolor físico o emocional y dirigimos nuestra atención hacia la zona de nuestro cuerpo que se activa, nos «traemos» a nosotros mismos al momento presente. Es así como el dolor nos devuelve a la vida, que ocurre, siempre, ahora, en este preciso instante.



EJERCICIO 

Tómate un momento para apreciar la diferencia entre el estado de ensueño y el estar aquí y ahora. 

Respira profundo. Siente tu cuerpo…

¿Cómo lo sientes?

¿Qué sensaciones experimentas y dónde?

¿En qué lugar de tu cuerpo hay relajación y en qué lugar, tensión? (Si experimentas calma, siente si es calma real o si es adormecimiento.)

Siente tu respiración….

-Ahora, mientras parte de tu atención está puesta en las sensaciones de tu cuerpo –el espacio interno– pasa a reconocer poco a poco el espacio exterior.

-¿Qué está pasando exactamente ahora dentro de tu cuerpo y fuera de él?
Captura estas percepciones, mira por un momento y siente. Respira...

-Éste es el comienzo del estado de presencia.





Liberación de la memoria Celular


Te acompaño!




Juana Ma. Martínez Camacho
                                       Terapeuta Transpersonal
                                (Escuela Española de Desarrollo Transpersonal)
                             Especialista en Bioneuroemoción
                               (Instituto Español de Bioneuroemoción)
                             Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular) 
                               (Cellular Memory Release)                   
                             Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
                               (Transpersonal Anatheóresis Madrid)



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domingo, 20 de mayo de 2018

Romper con lo conocido




"Romper con lo conocido puede ser aterrador, y puedes perder lo que pensabas que era tuyo, y las imágenes confiables sobre ti mismo pueden derretirse en el fuego de la novedad, y podrías enfrentarte al miedo y el temblor, la incertidumbre y la duda, el rechazo e incluso el ridículo. Quizás tengas que aprender de la manera difícil a abrirte a más dolor y la vida podría volverse más incómoda que nunca...eso es hasta que te enamores con la comodidad profunda de la inseguridad, y la seguridad de hacer lo que vuelve a la vida digna de vivir...

Estarás nadando en lo desconocido, pero serás vasto y estarás vivo. Sentirás a la vida corriendo a través de tus venas una vez más - como lo hacías cuando eras joven y no te habías conformado aún con una vida de transigencia y de observar el reloj y de justificaciones para tu silenciosa desesperación - y canalizarás esta vitalidad de vuelta a la creación...

A veces dudarás lo que estás haciendo, y podrías idealizar los viejos tiempos cuando las cosas eran más fáciles y más predecibles, pero luego recordarás repentinamente que el viejo camino era falso y nunca funcionó para ti y es por eso que todo tenía que cambiar.

Honra esta vida que está intentando expresarse a sí misma en y a través de ti. No estás tan limitado como te pueden haber hecho creer aquellos que aún no han cobrado vida..."

Jeff Foster







domingo, 22 de abril de 2018

¿Qué es la Memoria Celular?


Resultado de imagen de memoria celular

Las memorias no sólo son almacenadas en el cerebro, sino también en la red psicosomática que se extiende por todo el cuerpo, a lo largo de las conexiones entre los órganos y hasta la superficie de nuestra piel. - Candace Pert

El cuerpo humano se puede comparar con una biocomputadora muy sofisticada, donde el cerebro no es el único lugar donde están almacenadas nuestras memorias, también disponemos de la memoria de las células donde están grabadas experiencias que condicionarán nuestra vida profundamente.

Nuestra memoria celular es un conjunto completo de archivos alojada en la bio-computadora humana. Es la información de nuestra herencia genética y de toda nuestra historia individual; es el registro preciso de vida, como un diario de bitácora impreso en todas y cada una de tus células. 

• de las experiencias del alma;
• de las experiencias de nuestros antepasados;
• de la información proveniente de la cultura en la que fuimos educados.

Cada célula de nuestro cuerpo puede guardar memoria y cada uno de nosotros tiene una memoria única que nos pertenece, y que es nuestra mente, nuestro cuerpo y  nuestro espíritu; memoria que nos informa y que nos impregna.
Almacenados en la memoria celular están todos los patrones –conscientes e inconscientes– de las conductas improductivas que no nos permiten sentirnos plenos y en paz con nosotros mismos.

La memoria celular afecta la manera como desempeñamos las tareas rutinarias y cotidianas, el modo como reaccionamos al estrés y la manera en que enfrentamos los desafíos emocionales.
Si las heridas pasadas guardadas en la memoria celular no se sanan, podrán limitar nuestra libertad y producirnos enfermedades.

• El campo electromagnético humano guarda la memoria e imprime a todas y cada una de las células del cuerpo físico con información energética o “info-energía”.

• La sumatoria de todo lo anterior da origen a una “sopa energética única” a la que llamamos “Yo”, con los rasgos, tendencias, talentos y deficiencias físicas, mentales y emocionales que cada uno de nosotros experimenta en la vida.

• Cada uno de nosotros vibra en una frecuencia energética única. Somos seres electromagnéticos que generamos o atraemos nuestras propias “vidas” en función de las frecuencias con las que resonamos internamente.


Algunos puntos acerca de la memoria celular

Así como nuestras impresiones digitales son únicas, también lo son nuestra existencia, y ella está impresa en cada célula de nuestro cuerpo.

1-  Todo nuestro ser es como un holograma inteligente, integrado e individual. En realidad somos un ser holístico, no la suma de las partes. Los rótulos «cuerpo», «mente», y «espíritu» son artificiales y sólo sirven para ayudarnos a estudiar y hacer más comprensible nuestra existencia como seres humanos. Cada punto del holograma celular contiene la información completa del todo.  El cuerpo podrá curarse  solo si la mente y el espíritu también son curados. Esto significa que, si se quiere llegar a la transformación a través de este proceso, se lo debe encarar de manera integrada.

2-  La memoria celular recibe la impronta de un campo energético cargado de información, que llamamos «info-energía».  Si magnificamos una célula hasta que los átomos que la constituyen sean visibles, podremos comprobar que estamos diseñados sobre la base de delicadas masas de infoenergía. En este sentido, la física cuántica ya ha descubierto que los bloques básicos que constituyen la materia visible están conformados por luz y sonido.

3- Todas las células son esencialmente lo mismo. Si pudiéramos des-programar las células y despojarlas de su capacidad de diferenciarse para formar órganos, músculos y huesos (lo que se llama «predisposición bioquímica»), volverían a su estado original y podrían convertirse en cualquier parte del cuerpo. Es decir, volverían a ser y a comportarse como antes de la formación del embrión.

4-  Las células son las piezas del holograma que tienen nuestra identidad y llevan nuestro nombre. La vida de cada uno de nosotros es única. Así como no existen dos briznas de pasto iguales, tampoco han existido, existen ni existirán, alguien como tú o como yo. La combinación de material físico, mental, emocional y espiritual con todas las influencias y factores que conforman lo que damos en llamar yo, es una obra maestra, exclusiva, imposible de replicar.

El cuerpo humano está formado por células que crecen, se diferencian y se multiplican llevando consigo la información básica del primer momento de la concepción. Esta combinación única de info-energía será la matriz fundacional de una vida humana, hasta la desintegración del holograma en el momento de la muerte.  De esta manera, las células de nuestro cuerpo son como los ladrillos con los que se construye el holograma que representa el ser humano y que se convierte en el vehículo principal de esta experiencia existencial que llamamos «mi vida».

5- Las células de nuestro holograma llevan consigo toda la información física, emocional, mental y espiritual. Nuestras células transportan el ácido desoxirribonucleico (ADN), que contiene la impresión genética y el diseño completo de nuestro cuerpo. También, las células alojan las impresiones de las experiencias mentales, emocionales y espirituales vividas. Nuestras células guardan información de todas las experiencias pasadas y de todos nuestros condicionamientos genéticos.

Toda esta información está viva en nosotros en forma inconsciente y determina así todos los patrones físicos, emocionales y mentales que poseemos. Somos un conglomerado energético que resuena y vibra como si fuéramos una nota musical. De alguna manera, la humanidad entera está representada en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Nada de lo que experimentamos –sea positivo o negativo– escapa al diseño altamente condicionado de nuestro holograma.

Nuestra experiencia de vida consciente es como la punta visible de un iceberg. Esta parte visible representa sólo un 3 a un 5 % de la totalidad de lo que somos en verdad. La parte sumergida del iceberg es la que representa nuestra vida subconsciente y es esta parte la que impregna las células con información y memoria. El subconsciente opera detrás de un de velo energético condicionando nuestra manera de percibir y de reaccionar a nuestra vida.

6- Nuestras células requieren ser parte del flujo de energía creativa del universo.  Dar y recibir amor es fundamental para la vida celular. Nuestro holograma ha sido diseñado para nutrirse y crecer energéticamente por medio del amor incondicional. 

Entender cómo funciona la dinámica celular nos ayudará a comprenderlo mejor:
En el cerebro, el hipotálamo se encarga de sintetizar las proteínas, adecuándolas a las distintas funciones orgánicas. Estas proteínas especializadas –denominadas neuropéptidos– son liberadas en el torrente sanguíneo cada vez que un estado emocional se dispara.
Cada estado emocional produce una especie diferente de neuropéptidos; éstos viajan rápidamente por el torrente sanguíneo hasta encontrarse con las células que tienen los receptores adecuados para ellos. Esto significa que nuestras células tienen cierta cantidad de receptores disponibles para ciertos neuropéptidos.

Por ejemplo, podemos encontrar muchos receptores para alojar los neuropéptidos generados por el estado de tristeza - frustración de una persona que está constantemente deprimida. Por el contrario, en la misma persona, no habrá suficientes receptores para aquellos neuropéptidos generados por los estados de optimismo y alegría.
Si nuestras células son bombardeadas a diario y de manera inconsciente por las emociones generadas por patrones de pensamiento y creencias que producen contracciones (enojo, miedo, tristeza, culpa, vergüenza, etc.), habrá cada vez menor cantidad de receptores disponibles para las funciones de asimilación, nutrición, limpieza y curación.
Aquellas personas que diariamente dan y reciben amor –a sí mismos y a los otros– pueden llegar a disfrutar de mayor salud en todos los niveles. En cambio, aquellos que no lo hacen y pasan demasiado tiempo criticando, quejándose y culpando –a sí mismos o a los demás– padecen muchos más problemas físicos, mentales o emocionales.
Literalmente, el amor es lo que da a las células su fuerza vital; como contrapartida, la ausencia de amor resulta un drenaje para nuestra vitalidad y nuestra salud.
 
7-  Lo que se resiste, persiste. Lo que se resiste, se atrae. Esta es una de las premisas antiguas más útiles para entender nuestros problemas.  Las células están naciendo, creciendo y muriendo constantemente, reflejando a la perfección cómo funciona el universo: cambiando sin pausa, transformando y re-generando.
De manera que podemos fluir con los cambios que el universo pone en nuestra vida o, por el contrario, resistirlos.  Nuestro trabajo con la memoria celular nos ha permitido observar que las enfermedades que sufrimos son en su gran mayoría, consecuencia directa de nuestro hábito de resistir al flujo del universo en nuestras vidas.

8-  Las células buscan la transformación naturalmente. La aceptación del flujo de la vida y los cambios que conlleva, produce un profundo efecto de sanación, porque la actitud de aceptación produce paz interna y externa. Este estado afecta profundamente a las células, que enseguida actualizan la información contenida en todos los archivos físicos, mentales, emocionales y espirituales.
Entonces, toda aquella información que resulta inútil o innecesaria es removida de la memoria celular, para ser reemplazada por nuevas formas de ser y de accionar. Las técnicas comprendidas en los protocolos de Liberación de la Memoria Celular (Cellular Memory Release –CMR–) han sido creadas para producir estos cambios de manera gentil y profunda.

9- Las células regulan la intensidad del proceso de transformación. En cada célula –como el diseño en pequeña escala de tu holograma completo– existe una increíble inteligencia que sabe cómo digerir y transformar todo lo que te sucede. Es una función que las células cumplen automáticamente cuando están libres de resonancias contractivas.
La decisión de transformar esas resonancias es un proceso liberador que debe ser encarado con coraje, determinación y espíritu de aventura. A partir de ese momento, es el paso del tiempo lo que ayuda a integrar y a asentar gradualmente los cambios espirituales, mentales y emocionales.

10- Las células están diseñadas para limpiar y eliminar los patrones que ya no son útiles y para integrar nuevos patrones que despierten nuestro último potencial. Físicamente, las células se deshacen de lo que no quieren o no necesitan y también llevan a cabo esta función energéticamente, eliminando aquellas resonancias que ya no nos sirven. Una vez que esos viejos patrones tóxicos han sido descartados, son reemplazados por otros más nuevos y positivos que nos ayudan a experimentar nuestra vida de manera más libre y saludable.

 CMR (Liberación de la Memoria Celular)