Debajo de tu piel existe una
bulliciosa metrópolis de 50 billones de células, cada una biológicamente y
funcionalmente equivalente a un humano en miniatura.
La opinión popular actual
sostiene que el destino y la conducta de nuestras células, es preprogramada por
los genes.
La idea de que nuestro destino
está inscrito en nuestros genes es un derivado del concepto científico conocido
como “determinismo genético”. Desde que Watson y Crick descubrieron el código
genético, existe la creencia convencional de que el ADN “controla” los
atributos pasados a través de la herencia familiar, incluyendo enfermedades
disfuncionales como el cáncer, Alzheimer, diabetes y depresión entre muchas
otras. Como “víctimas” de la herencia, nos percibimos sin tener “poder” en
relación a lo que nos pasa en nuestras vidas. “. Enfermamos y pensamos, Como es
hereditario, no puedo hacer nada sobre esto.
La versión convencional de
herencia que todavía se enseña en las escuelas, enfatiza el control genético, o
“control por genes”. Sin embargo, los nuevos mecanismos revelados del control
genético proveen una visión profundamente diferente de cómo se maneja la vida.
La nueva ciencia de epigenética
reconoce que las señales del medio ambiente son los reguladores primarios de la
actividad de los genes.
La epigenética esta demostrando
que el genoma no representa al equivalente de una computadora con programas que
se pueden “leer solamente”. Los mecanismos de la epigenética modifican la
lectura del código genético lo que significa que los genes en realidad
representan programas que se pueden “leer-escribir”, en donde las experiencias
de la vida redefinen activamente la expresión genética de un individuo.
¡La “nueva” biología está
basada en el hecho de que la percepción controla el comportamiento y la
actividad del gen!
Esta versión revisada de la
ciencia, enfatiza la realidad de que nosotros controlamos activamente nuestra
expresión genética momento a momento a través de nuestras vidas.
En lugar de vernos como
víctimas de nuestros genes, debemos asumir la responsabilidad de que nuestras
percepciones están moldeando diariamente nuestra biología y comportamiento.
La mente consciente de sí misma
proporciona solamente alrededor de un 5 por ciento de la actividad cognitiva.
Consecuentemente, el 95 por ciento de nuestras decisiones, acciones, emociones
y conductas son derivadas del procesamiento de la mente subconsciente.
Esta información revela que
nuestras vidas no están controladas por nuestras intenciones y deseos
personales como solíamos creer. ¡Haz la cuenta! Nuestro destino está bajo el
control de las experiencias pre-programadas manejadas por la mente
subconsciente.


Los programas más poderosos y
de mayor influencia en la mente subconsciente se originan durante el periodo
formativo entre la gestación y los 6 años de edad.
Durante este tiempo el cerebro
del niño está grabando todas las experiencias sensoriales además de estar
aprendiendo complejos programas motores para hablar, y para aprender primero
cómo gatear, luego a ponerse en pie, y finalmente a correr y saltar.
Simultáneamente, la mente subconsciente adquiere percepciones relacionadas a
los padres, quiénes son ellos y qué hacen. Luego, observando los patrones de
conducta de la gente de su medio ambiente inmediato, el niño aprende a percibir
conductas sociales aceptables e inaceptables que se convierten en los programas
subconscientes que establecen las “reglas” de vida.
Y aquí está el problema -estos
programas subconscientes que dan forma a nuestras vidas han sido grabados
directamente a partir de la observación de nuestros primeros maestros: nuestros
padres, parientes, miembros de la comunidad, muchas de las percepciones
adquiridas sobre nosotros mismos en este período son expresadas como creencias
limitadoras y auto saboteadoras.
Vamos a aplicar este concepto
en un comportamiento de la vida real: imagínate que eres un niño de 5 años
haciendo un berrinche generado por el deseo de tener un juguete en particular.
Tratando de parar la situación, tu padre te grita, “No te mereces nada.” Ahora
eres un adulto y en tu mente consciente de sí misma estas considerando la idea
de que tienes las cualidades y el poder para asumir una posición de liderazgo
en tu trabajo. Mientras estás teniendo esta idea positiva en la mente
consciente de sí misma, todos tus comportamientos están manejados
automáticamente por los programas que están en la poderosa mente subconsciente.
Como tus programas
fundamentales de conducta son aquellos derivados de tus años de formación, la
advertencia de tu padre que dice que “tú no mereces nada” se puede convertir en
la directiva automática de tu mente subconsciente. Así que mientras tienes
pensamientos maravillosos de un futuro positivo y no estás prestando atención,
tu mente subconsciente automáticamente se dedica a crear una conducta auto
saboteadora para asegurar que tu realidad coincida con tu programa de “no
merecer.”
Consecuentemente, cuando la
vida no funciona como fue planeada, raramente reconocemos que nosotros hemos
contribuido a nuestras propias decepciones. Como generalmente no estamos
conscientes de la influencia de nuestras propias conductas subconscientes, naturalmente
nos percibimos como víctimas de fuerzas externas, al asumir el papel de
víctimas estamos aceptando que no tenemos el poder de manifestar nuestras
intenciones.
¡Nada está más lejos de la
verdad!
Todos nosotros hemos sido
encadenados emocionalmente debido a conductas disfuncionales programadas por
las historias del pasado. Sin embargo, la próxima vez que estén “hablándose a
sí mismos” con la esperanza de cambiar los programas subconscientes de
sabotaje, es importante tomar en cuenta la siguiente información.
Usar la razón para comunicarse
con el subconsciente con el propósito de cambiar la conducta es el equivalente
a tratar de cambiar el programa de un cassette hablándole al grabador. En
ninguno de ambos casos existe una entidad dentro del mecanismo que responderá a
nuestro diálogo.
Los programas subconscientes no
son conductas fijas e inalterables. Tenemos la habilidad de re-escribir
nuestras creencias limitadoras y en el proceso, retomar el control de nuestras
vidas. Sin embargo, cambiar programas subconscientes requiere la activación de
un proceso que va más allá de un simple diálogo con la mente
subconsciente.
Bruce Lipton- La Biología
de la Creencia
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